Santa Clara: Cuando la salud pública se convierte en abandono
Por Librado Linares Garcia
En el Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro de Santa Clara, lo que debería ser un espacio de sanación se ha transformado en un escenario de negligencia, descontrol y dolor. El caso de Abel Alba Caballero, ingresado en la sala de Angiología por falta de camas en Ortopedia, es una muestra alarmante de cómo el sistema de salud cubano está fallando a sus ciudadanos más vulnerables.
Tras una amputación del tercer metatarsiano de su pie y la administración de Cefalexina intravenosa, Alba Caballero fue abandonado a su suerte. Desde el viernes hasta el domingo, ningún ortopédico lo examinó, ni recibió curas postoperatorias. Ante la indiferencia del personal médico, decidió bajar por sus propios medios a la consulta, donde encontró al ortopédico de guardia acostado sobre un buró. Su respuesta fue tan desoladora como reveladora: “No fui informado de su caso”.
Este nivel de desorganización y falta de profesionalismo no puede ser tolerado en lo que se supone sea la institución médica más importante de Villa Clara. Alba Caballero, con dignidad y desesperación, decidió abandonar el hospital. Antes de irse, dejó claro que responsabiliza a la dirección del hospital y al departamento de Ortopedia por cualquier consecuencia que pueda sufrir. Su denuncia va más allá de lo personal: “El cubano de a pie está condenado a rabiar y hasta morirse si no puede hacerle regalos a los galenos, comprar medicamentos por la izquierda o pagar precios estratosféricos en el mercado negro”.
📉 Privatización encubierta y mercado negro médico
La situación de Hibrahin Anglada Herrera, otro paciente del mismo hospital, refuerza esta denuncia. Lleva nueve meses esperando una operación de cadera, pero la lámina necesaria no existe en el hospital. ¿La solución que le ofrecen los especialistas? Comprar la pieza en la candonga, el mercado informal cercano al hospital, por 80 mil CUP. Anglada vive con una pensión de apenas 3 200 CUP. ¿Cómo puede enfrentar semejante gasto?
Peor aún, en los últimos tres días de su estancia en la sala, ningún médico se ha acercado a examinarlo. Mientras tanto, más de 24 mil médicos cubanos prestan servicios en misiones internacionalistas, mientras los hospitales nacionales se desangran por falta de personal, insumos y humanidad.
⚠️ ¿Hasta cuándo?
Estos testimonios no son casos aislados. Son el reflejo de un sistema que ha dejado de priorizar la vida y la dignidad de sus ciudadanos. La salud pública cubana, otrora orgullo nacional, se está privatizando de facto, sin garantías, sin transparencia, y sin justicia.
Este artículo no es solo una denuncia. Es un llamado urgente a las autoridades, a los medios, a los ciudadanos. No podemos seguir normalizando el abandono, la corrupción y la indolencia. La vida de nuestros abuelos, padres, hijos y vecinos está en juego.
Es hora de exigir respuestas. Es hora de remover el piso.

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