🚨 Escenografía presidencial: Díaz-Canel en Remedios y el simulacro de eficiencia

La reciente visita de Miguel Díaz-Canel al municipio de Remedios, en Villa Clara, dejó tras de sí una estela de parafernalia política que recuerda los tiempos más teatrales del castrismo. El tránsito por Camajuaní fue testigo de un despliegue de seguridad desproporcionado: 18 motos de la contrainteligencia, 5 adicionales, dos carros patrullas, un carro de bomberos y dos helicópteros que sobrevolaron la zona horas después. Todo esto para garantizar la seguridad de un mandatario que, más que gobernar, parece representar un guion cuidadosamente elaborado.

Como es costumbre, la Calle Real o Independencia fue embellecida a toda prisa, desde la entrada hasta más allá del núcleo urbano. Se pintó y se chapeó. Nada nuevo: el castrismo ha perfeccionado el arte del simulacro, donde la realidad se maquilla para que el líder vea lo que quiere ver. 

 🌱 El campesino excepcional y la fábrica arruinada 

Uno de los puntos de la visita fue el encuentro con Abel González, un productor agrícola que comenzó en 2008 con apenas 15 cordeles de frutales. Su perseverancia y el apoyo de entidades nacionales y proyectos internacionales como Consas y Alass lo han convertido en una excepción dentro del panorama agrícola cubano. Pero su éxito no es replicable bajo las condiciones actuales: la mayoría de las tierras del municipio permanecen ociosas o subutilizadas, víctimas de políticas erradas, falta de insumos, escasez de mano de obra y un servicio policial ineficaz que no detiene robos ni atracos. El otro escenario fue la Fábrica de Conservas Los Atrevidos, un vestigio del capitalismo cubano que hoy es una ruina. Ni siquiera en la época del subsidio soviético logró igualar la eficiencia de sus dueños originales. El día de la visita, se elaboró un pan como si Cuba viviera bajo una economía de mercado. Pero fue solo eso: un pan para la foto, un simulacro más. 

⚖️ Economía de mercado vs planificación central. 

 La economía cubana es una ruina porque está diseñada para obedecer, no para producir. La politización del aparato productivo convierte a las empresas estatales en estructuras de dominación, donde el trabajador no es protagonista sino engranaje. En cambio, la economía de mercado permite que los recursos fluyan hacia donde son más útiles, que los productores innoven, y que los consumidores elijan. 

🛤️ El camino hacia el futuro 

Si Cuba quiere salir del estancamiento, debe desmontar el colectivismo improductivo y abrir paso a la propiedad privada, la competencia y la libertad económica. El ejemplo de Abel González no debe ser una excepción, sino la norma. Y para eso, hay que dejar atrás el simulacro y abrazar la realidad.